Llega septiembre en año pre-electoral y, con él, los buenos
propósitos de los partidos políticos que, en estos momentos, se disponen a
redactar los programas electorales que presentarán para las elecciones
autonómicas y locales de mayo de 2015.
Ciertamente hay mucho que cambiar, prácticamente todo. Desde
los conceptos económicos pasando por los sociales hasta llegar a aquellos
vinculados con la justicia. Y un buen ejemplo de ello es el de definir qué
modelo integral necesitan nuestros pueblos y, si buscamos cuál es el “Talón de
Aquiles” de nuestra sociedad, qué modelo apuntalará las necesidades de las
mujeres que viven en ellos y que forman los pilares del Estado del bienestar.
Desde FADEMUR-PV (Federación de Asociaciones de Mujeres
Rurales del País Valenciano), entendemos que el modelo ideal dista mucho del
que se ha llevado a cabo estos últimos años. Un modelo que únicamente se ha basado en economía de
escala y no en vertebrar nuestro territorio. Un modelo que ha hecho que se
eliminen necesidades básicas como lo son la sanidad y la educación, por no ser
“rentables” y que hacen que nuestros pueblos se despueblen y vivan en peores
condiciones. Un modelo basado en grandes empresas por ser (en teoría) más
viables que las pequeñas que coexistían en los municipios y que han ido
cerrando con el paso del tiempo. Que no ha tenido en cuenta la dificultad, la
peculiaridad y el valor añadido de aquellos productos artesanales creados por
microempresas y a las que les exige las mismas condiciones que a una gran
empresa. Un modelo que no ha valorado la importancia de las Ayudas a la
Dependencia, que minoraban los efectos negativos de una carga claramente
femenina. Que no ha tenido en cuenta que las telecomunicaciones son ya tan
importantes o más que las carreteras. Un modelo que, en definitiva, ha
suprimido alternativas, ha eliminado puestos de trabajo, ha encerrado en sus
casas a aquellas mujeres que son madres, hijas y familiares de dependientes y
no les ha dado nada a cambio.
Esta crisis nos ha abierto los ojos a gran parte de la
sociedad, y ha tumbado teorías que antes se creían buenas. Ahora observamos
cómo el paso de los años no ha hecho una mejor generación, con un mayor
bienestar, sino una generación perdida (por no tener alternativas) y otra
olvidada (por ser totalmente dependiente).
Es el momento pues de hacer balance y de que los partidos
políticos, que están pensando en propuestas que solucionen nuestros
problemas y que aspiran a arreglar tanto
estropicio, tengan en cuenta que deben dar un giro considerable a sus esquemas
socio-económicos. Que los pueblos de nuestra comunidad son el sostén de la
ciudad, que lo que requieren con urgencia es el mantenimiento y mejora de las
infraestructuras y que se invierta tanto tiempo como dinero en equilibrar la
balanza empresarial. Necesitamos un tejido productivo y comercial de pequeñas
empresas de vuelvan a dar vida a cada municipio, ofreciendo puestos de trabajo
a las mujeres que viven en ellos.
Una tarea que se ha convertido en “urgente” si pretendemos
aspirar algún día a la deseada “conciliación familiar” y a la “igualdad real”
que haga que las mujeres sean dueñas de sus vidas sin limitación por razón de
género.
Recuerden esto cuando empiecen a redactar sus propuestas,
recuérdenlo porque esto es lo que necesitamos.
Regina Campos Ortega
Presidenta de
FADEMUR-PV
Link: Para quien se acuerde del mundo rural
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